Propiedad Intelectual: ¿Patentes o Derechos Humanos?

La falta de acceso a la educación y las nuevas tecnologías, especialmente los desarrollos medicinales, causan estragos en Haití.  Fuente: Dawn.com - Reuters 2011En nuestros días existen situaciones límites en que las que los sistemas de patentes  clásicos (moldeados a la sombra de la revolución industrial) se enfrentan lisa y llanamente con los derechos humanos. Esto ocurre cuando, por ejemplo una empresa farmacéutica tiene bajo su propiedad una patente que cura determinada enfermedad grave y aprovecha tal situación para vender los medicamentos derivados de dicha patente a un precio que se hace casi inalcanzable para los enfermos, los cuales mueren al no poder comprarla. Esta situación, que parece de ficción, ha sido tomada de la realidad de los últimos cuarenta años, en que las más grandes empresas farmacéuticas (especialmente de los Estados Unidos) han cobrado altos precios por los medicamentos vinculados al tratamiento de los enfermos de HIV/SIDA, aprovechando la necesidad de estos de elegir entre el pago del precio o la muerte segura. Con el correr de los tiempos fueron surgiendo nuevos medicamentos contra el HIV/SIDA, y el propio mercado produjo la disminución de los precios y el aumento de la competencia. En el ínterin los países en desarrollo y los países menos desarrollados [1] debían recurrir a un método extorsivo: sus gobiernos se veían obligados a comprar  los medicamentos a las grandes empresas farmacéuticas para poder distribuirlos gratuitamente (o al menos a un menos costo) entre la población.

Los países menos desarrollados han sido los más afectados ya que al no poder comprar los medicamentos simplemente se condenaron a sí mismos a la muerte o la exclusión. En América Latina tenemos el caso de Haití. Hoy en día una gran parte de la población haitiana padece de malaria,  HIV/SIDA, [2] y no es recibida ni en los Estados Unidos ni en la mayoría de sus países vecinos. De más está decir que al no poder acceder a los fertilizantes, licencias sobre semillas trangénicas y otros productos y procesos del sistema de patentes, su suelo se tornó casi estéril y Haití es hoy en día un país inviable.[3] La lucha contra estos problemas sólo fue posible gracias a la ayuda internacional, la cual tampoco ha demostrado ser insuficiente.

Como se ve claramente, la propiedad intelectual había llegado a un grado tal de proteccionismo (propio del sistema de patentes) que los derechos intelectuales (absolutos y excluyentes) se habían tornado superiores a los derechos humanos fundamentales.

En tiempos de la revolución industrial las patentes se consideraban en los Estados Unidos como  «…los derechos más apreciados y valiosos que reconoce la sociedad»  y que los titulares de patentes podían apelar al Tribunal Supremo para defender sus causas. Así se expresó en el año 1824, la Corte Suprema de los Estados Unidos, ex parte Wood & Brundage, 22 U.S. 603, año 1824.


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[1] Los países menos desarrollados son un conjunto de estados definidos de tal manera por las Naciones Unidas de acuerdo al siguiente criterio: (a) Bajos ingresos, medidos por el producto interno bruto (PIB) per cápita; (b) Recursos humanos endebles, medidos por un índice compuesto (índice ampliado de la calidad material de vida), basado en indicadores de esperanza de vida al nacer, consumo de calorías per cápita, matrícula conjunta en la escuela primaria y secundaria y alfabetización de adultos; (c) Bajo nivel de diversificación económica, medido por un índice compuesto (Índice de Diversificación Económica), basado en la parte de manufactura en el PIB, la proporción de población activa en la industria, el consumo anual de energía comercial per cápita y el índice de concentración de las exportaciones de mercancías de la UNCTAD. Estos países se encuentran en la situación más grave desde casi todo punto de vista. Se trata de Angola, Bangladesh, Benín, Burkina Faso, Burundi, Camboya, Chad, República Democrática del Congo, Yibuti, Gambia, Guinea, Guinea-Bissau, Haití, Islas Salomón, Lesoto, Madagascar, Malawi, Maldivas, Malí, Mauritania, Mozambique, Myanmar, Nepal, Níger, República Centroafricana, Ruanda, Senegal, Sierra Leona, Tanzania, Togo, Uganda y Zambia.

 

[2] Básicamente causadas por la falta de medicamentos, pero históricamente derivadas de la falta de acceso a la educación y los beneficios de la cultua.

[3] En la actualidad Haití presenta el 98% de sus bosques originales destruidos al haber sido utilizados para  procurarse combustible de cocina, arruinando además -en este proceso- multitud de suelos fértiles. Como consecuencia de la deforestación aumentó notablemente la erosión del suelo desde comienzos del siglo XX, lo cual genera periódicamente la muerte de miles de personas a causas de las grandes tormentas tropicales. El terremoto de 2010 ha sido un hecho devastador cuya gravedad hubiera sido menor en la medida en que Haití hubiera gozado al menos, de un mínimo sistema preventivo. Este caso también demuestra la clara relación entre la propiedad intelectual y la protección del medioambiente, el cambio climático, la diversidad biológica, los recursos genéticos, las expresiones culturales tradicionales, y otros elementos propios de las nuevas tendencias de la propiedad intelectual, tendientes a favorecer el desarrollo social y cultural por encima de los beneficios meramente económicos.

Sugerencias:

Patentes sobre alimentos transgénicos adaptables al cambio climático

Organismos genéticamente modificados (y legalmente patentados)

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